Este docente e investigador dejó una huella imborrable en la Universidad Nacional del Sur y en varias generaciones de ingenieros por su pasión por el conocimiento y la investigación, pero sobre todo por su excepcional calidad humana.
A los 97 años falleció en Bahía Blanca el ingeniero Jorge Santos, ex docente e investigador de la Universidad Nacional del Sur, donde entre muchos otros logros, encabezó el proyecto que creó la primera computadora local en la década de 1960.
Santos nació el 10 de mayo de 1927. Se recibió de Ingeniero Industrial orientación Electrotécnica, con Diploma de Honor en la UBA en 1951. Fue contratado por la Universidad Nacional del Sur en 1956 para dictar asignaturas de Sistemas de Potencia. Años más tarde, fue designado Profesor Titular de materias vinculadas al diseño y operación de computadoras digitales.
En 1961 en el entonces Departamento de Electrotecnia de la UNS, creado en 1958, se inició la construcción de una computadora transistorizada con el apoyo del equipo de la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA y la dirección Santos, quien había realizado una estadía en la Universidad de Manchester, donde colaboró con el diseño de uno de los equipos de la empresa Ferranti
El “cerebro electrónico”, según informó la prensa por entonces, estaba conformado por 190 transistores, 850 resistencias y 220 condensadores. Su denominación oficial era CEUNS (Computadora Electrónica de la Universidad Nacional del Sur) y era capaz de efectuar hasta 10 mil multiplicaciones, cuyo resultado podía leerse en un tablero luminoso de 48 lámparas de neón. A pesar de los avances logrados en solo algunos años y del apoyo oficial, la falta de recursos financieros afectó la continuidad de la iniciativa que, para 1965, fue definitivamente abandonada. Sin embargo, significó un avance grandísimo en el conocimiento de este tipo de tecnologías.

Santos en la “Computadora Electrónica de la UNS”
En 1969 Santos hizo una estancia como Research Fellow en la Universidad de Manchester (Reino Unido), y fue cesanteado por la intervención militar de la UNS en 1976. Allí pasó a desempeñarse en el sector privado. Con la vuelta a la democracia retomó la actividad académica en esa universidad. En 1991 fue nombrado Investigador Principal de CONICET y dos años después recibió el premio diploma Konex en el área de la Ingeniería Electrónica y de Comunicaciones y Computación. A pocos meses de haber cumplido sus 97 años, fue declarado Personalidad Destacada de Bahía Blanca por el Honorable Consejo Deliberante. Fue director decano por concurso del Departamento de Ingeniería Eléctrica entre 1962-1968 y luego Director normalizador en el período 1984-1985.
Su pasión y obsesión por el conocimiento hicieron de él un referente en su campo. Escribió dos libros y fue coautor de más de 90 trabajos publicados en revistas internacionales y actas de congresos. Su dedicación y compromiso con la enseñanza también dejaron una huella imborrable: dirigió 59 seminarios y proyectos finales de grado y varias tesis de doctorado y maestría.
Al jubilarse, por sus méritos académicos pero también por su calidad humana, fue reconocido como “Profesor Extraordinario Consulto” de la Universidad Nacional del Sur.