Alumnos, graduados, profesores, no docentes y público en general se sumaron a las iniciativas solidarias a pocas horas de la inundación del 7 de marzo, en tareas de asistencia, salud y colectas. El rector les agradeció en el plenario nacional universitario realizado en San Luis.
“Fuimos a ayudar a una vecina que era profesora de la carrera. Su casa estaba muy afectada por el agua. Hicimos lo que pudimos, ordenando el lugar, pero era bastante el deterioro. Le dije que pida ayuda y ella me miró con los ojos rojos y me contestó: `A mí no me importa eso. Ya está. Yo estoy agradecida porque te juro que no la contaba”, contó Mateo Puthod, alumno de Economía y uno de los cientos de voluntarios que se sumaron a la campaña organizada por esta Casa para ayudar luego de la catástrofe.
“Realmente, en el medio de todo ese caos, ayudar fue lo que nos salvó también”, agregó el joven de 23 años que admitió que en las primeras horas, “todo era crítico, pero el lunes ya éramos muchos dispuestos a colaborar en lo que se precisara”.
La UNS dispuso en los primeros días de la inundación un formulario para recibir voluntarios, a fin de derivarlos a actividades comunitarias de urgencia. Es así como se inscribieron 2200 personas, aunque no todos fueron convocados (por la dinámica de la situación y los requerimientos que se fueron modificando).
El voluntariado especial por la catástrofe estuvo a cargo de las secretarias generales de Bienestar Universitario y de Cultura y Extensión, a pedido del Rectorado, y se dividió en diversas acciones.
Por un lado, se implementó una colecta de ropa, alimentos y productos de limpieza, que se inició en la sede del Complejo Alem y luego se pasó al club Liniers, en donde decenas de personas se unieron para las tareas de recolección. Algunos días más tarde los voluntarios de la UNS se organizaron junto a colaboradores del Club Universitario recepcionando, clasificando y distribuyendo lo que llegaba en varios camiones por día de otras universidades.
Paralelamente, se armaron cuadrillas para ir a una veintena de domicilios afectados, de diversos barrios. Se hicieron tareas de limpieza y asistencia, tales como ubicar a familiares o adquirir medicamentos. Munidos con elementos de aseo, recorrían los hogares de las zonas cercanas a la UNS.

“Fue un trabajo delicado, porque las personas aún estaban muy shockeadas. Queremos agradecer a los que integraron estas cuadrillas, por la predisposición y contención que hicieron en esas circunstancias”, dijo Laura Iriarte, titular de Cultura y Extensión.
“Al pedido de ayuda se sumaron alumnos, graduados, no docentes, docentes y personas de la comunidad. Estamos profundamente agradecidos por la colaboración, unidos frente a este hecho inesperado”, agregó Iriarte.
Celina Bidelan, egresada de Química y ayudante docente, se unió al voluntariado. “La limpieza de las casas fue difícil anímicamente, habían perdido todo y las familias estaban destruidas. Se sentía mucho agobio de parte de ellos y ayudar también se hacía un poquito complejo porque no se sabía por dónde empezar. Rescato que cientos de universitarios pusieron el cuerpo sin importar para quien era, solo por el simple hecho de ayudar. Y por otro lado, en las casas, cuando se lograba un piso sin barro, o una pared que ya no tuviera la marca del agua, también hacía bien, era un poquito de esperanza de que todo podía estar mejor.
“En las actividades me encontré trabajando codo a codo con profesores, compañeros. Ver cómo toda la comunidad universitaria no dudó un segundo en ponerse al servicio de otros me llenó el corazón”, contó Celina.
A partir del jueves 13 de marzo se convocaron voluntarios para las tareas de desinfección de espacios y ejemplares de la Biblioteca Central de la UNS, uno de los organismos más afectados.
El director de la Biblioteca, Víctor Ferracutti, indicó que fueron decenas de personas que se sumaron al pedido. Ya se recuperaron 450 de los 70 mil libros perjudicados, con un procedimiento minucioso.
“Es una tarea especial, requiere de mucha paciencia. Las actividades demandaron el traslado de 40 mil libros a un espacio seguro, el tratamiento del material afectado por el agua y el descarte de material deteriorado”, indicó. Aún se mantiene el trabajo de limpieza de los ejemplares, con decenas de voluntarios que van a diario.

También, la UNS recibió y repartió 3000 colchones que se derivaron por la quiebra de la firma Lucaioli. Con ayuda de personal y voluntarios en sólo dos días se entregaron en diferentes barrios.
Por otro lado, alumnos internacionales que realizan este cuatrimestre intercambios académicos en la UNS, se vieron sorprendidos por la situación al llegar a nuestra ciudad. “El lugar que tenía para hospedarme estaba inundado, así que me cobijó Matías, un alumno de la UNS y su familia. Estábamos medio perdidas al principio, y me sumé al voluntariado que hacía Matías, para recepcionar donaciones, fue muy gratificante poder colaborar aunque sea un poco porque la necesidad era mucha”, dijo Christina Máximo, quien viajó desde Brasil para cursar en el departamento de Matemática. “Fue sorpresivo, llegar con esta tragedia. Me alegró mucho aportar algo”, contó.
Actualmente están en marcha dos iniciativas relacionadas con hechos derivados de la tragedia: una para asistir a quienes aspiran a recibir los subsidios de Nación y otras entidades, a cargo delos departamento de Economía y de Administración, y otro para relevar los aspectos geofísicos que derivaron de la inundación, principalmente a cargo de Geografía y Turismo.
El rector de la UNS, Daniel Vega, en el reciente plenario de autoridades universitarias nacionales, mencionó la colaboración de la universidad desde el primer momento a la ciudadanía. “El acompañamiento del sistema universitario a la comunidad fue de una ayuda muy importante. Así que agradecidos con nuestra comunidad universitaria que ha estado una vez más a la altura de las circunstancias, más allá dela reconstrucción que tenemos que hacer de nuestra Casa”, citó Daniel Vega. Lo propio había hecho en el primer plenario del Consejo Superior Universitario cuando remarcó “Estamos más que orgullosos de nuestra universidad, que a pesar de los daños priorizó atender a los sectores más vulnerables”.
Aporte en el área de Salud
Alrededor de 200 egresados y estudiantes de las diferentes carreras del departamento de Ciencias de la Salud (Medicina, Enfermería, Acompañante Terapéutico y Obstetricia), participaron de asistencia comunitaria y algunos de ellos continúan haciéndolo.

Según explicó el director decano, Pablo Badr, fueron varios los grupos de trabajo que se organizaron, como los 75 estudiantes de sexto año de Medicina y graduados y graduadas, que acompañaron a profesionales de la Secretaría de Salud del Municipio en la asistencia sanitaria en los centros de evacuados y el relevamiento de postas de salud.
Además, cinco alumnos participaron del armado de bolsines de medicamentos, para pacientes crónicos que perdieron su medicación.
Veinte estudiantes de enfermería trabajaron en medidas de higiene y confort en los distintos centros de evacuados, cubriendo las 24 horas de los 7 días de la semana, coordinados y supervisados siempre por profesionales del primer nivel de atención.
“Un grupo de 100 estudiantes, de las cuatro carreras del departamento, participó, bajo la coordinación del Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires, en tareas de recuperación de instalaciones del Hospital Penna. Este grupo luego trabajó junto a Cruz Roja Argentina en evaluaciones rápidas y distribución de kits de higiene y limpieza en General Daniel Cerri, durante dos semanas y de lunes a sábado en grupos rotativos”, indicó el decano, quien también contó que se asistió a los voluntarios que precisaban curaciones y que varias actividades se mantendrán.
Agregó además que las tareas se están reorganizando en proyecto de extensión interdisciplinario e interdepartamental, en articulación con la Secretaría de Salud y Cruz Roja Argentina. Se espera realizar una intervención sostenida durante todo el año en las zonas más afectadas, como Derby y 17 de agosto, General Cerri, White, Boulevard y Saladero.
Candela Pereyra estudia licenciatura en Enfermería y tiene 24 años. “Estuvimos trabajando en las postas de salud instaladas en los barrios más afectados: Villa Harding Green y Villa Derby; así como también, en el centro de evacuados de Liniers (donde se encontraba la mayoría de las personas evacuadas de Ingeniero White). Salimos con un equipo de médicos y enfermeros voluntarios a realizar recorridas barriales, brindando atención y contención a quienes lo necesitaban.
“La experiencia fue un sube y baja de emociones, pero también fue muy movilizante ver a tanta gente colaborando, ayudando al otro, ofreciendo su tiempo, conocimientos y energía con total entrega.
“Me quedo con la fuerza de las personas, con las palabras compartidas, y con la certeza de que en medio del dolor, la solidaridad sigue siendo el motor que nos mueve”, dijo.




